Señor, por favor protégeme de aquellos que me quieren hacer mal.
Amado Dios, Señor de justicia y bondad, hoy me acerco hasta Ti para poner mi vida, mi camino y también mi destino en tus manos. Es hermoso poder avanzar cada día con la seguridad y la certeza que solo da tu entrañable compañía.
Señor, Tú sabes cuánto me esfuerzo por dar cada día lo mejor de mí y poder alcanzar mis metas, pues sé que todo gran logro se alcanza a través de grandes voluntades.
Gracias a mi fe y a mi trabajo he conseguido hermosas bendiciones, pero lamentablemente hay personas con un corazón oscuro, lleno de envidia y de rencor injustificado que me quieren ver caer.
Padre celestial, hoy elevo esta oración hasta Ti para pedirte que me mantengas a salvo de todo peligro, de los caminos sin salida, del enemigo malvado y de todos aquellos que quieran hacerme mal.
Por favor líbrame de todos los lobos que se acercan vestidos de ovejas, del odio disfrazado de amor y de la envidia disfrazada de afecto.
Te pido que seas Tú acompañándome en cada día de mi vida y convirtiendo las palabras de maldición en bendiciones a mi favor y aunque el enemigo haga cualquier cosa, permíteme seguir adelante con la paz y la confianza que solo se encuentra bajo tu manto y permite que todas mis cosas salgan siempre bien.
Por mi parte yo viviré feliz y confiado sembrado la semilla, cuidándola con amor y así en tu nombre poder recoger muy pronto mi abundante y merecida cosecha, porque cuando Tú me bendices, no habrá maldición que pueda alcanzarme.
Amado Dios, te pido que tu amor e infinita bondad sea siempre conmigo, con mi familia y con aquellas personas justas y de noble corazón y permite siempre que gracias a tu divina intervención, el mundo se colme de justicia, dicha, bienestar y bendición, Amén.
Hacer esta oración con fe y devoción te permitirá darle gracias a Dios por todas las cosas maravillosas que Él hace en tu vida y pedirle que sea Él protegiéndote de todos aquellos que te quieren hacer daño, de la palabra de maldición o de las envidias sin sentido.
Confía, Dios te ama y Él será cubriéndote con su luz. Vive con tranquilidad y avanza cada día hacia tus sueños, pues la bendición de Dios es poderosa y lo que Dios bendice nadie jamás podrá maldecir.