Es importante tener en cuenta que la diabetes es una enfermedad compleja y multifactorial que requiere un enfoque integral para su prevención y tratamiento. Con un enfoque cuidadoso y una atención médica adecuada, es cierto que las personas con diabetes pueden llevar una vida saludable y activa.
LA DIABETES:
Es una enfermedad crónica que se caracteriza por niveles elevados de azúcar en la sangre (glucemia), debido a una deficiencia en la producción o acción de la insulina, la hormona responsable de regular los niveles de azúcar en el cuerpo. Hay tres tipos principales de diabetes:
- Diabetes tipo 1: Esta forma de diabetes se produce cuando el sistema inmunológico del cuerpo ataca y destruye las células productoras de insulina en el páncreas. Las personas con diabetes tipo 1 necesitan inyecciones diarias de insulina para sobrevivir.
- Diabetes tipo 2: La diabetes tipo 2 es el tipo más común de diabetes. En esta forma de la enfermedad, el cuerpo no produce suficiente insulina o no utiliza la insulina de manera efectiva. La diabetes tipo 2 está fuertemente asociada con el sobrepeso, la obesidad y la falta de actividad física.
- Diabetes gestacional: Esta forma de diabetes se desarrolla durante el embarazo y generalmente desaparece después del parto. Sin embargo, las mujeres que han tenido diabetes gestacional tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.
La diabetes puede tener graves consecuencias para la salud, como enfermedades del corazón, neuropatía, ceguera y daño renal. Por lo tanto, es importante mantener los niveles de azúcar en la sangre bajo control mediante una alimentación saludable, actividad física regular, medicamentos y monitoreo frecuente de los niveles de azúcar en la sangre. Además, la prevención y el diagnóstico temprano son fundamentales para reducir el riesgo de complicaciones relacionadas con la diabetes.
¿CÓMO PREVENIR LA DIABETES?
- Mantener un peso saludable
- El exceso de peso y la obesidad son factores de riesgo importantes para la diabetes tipo 2, por ello se recomienda constante movimiento físico (ejercicios, práctica de deportes, etc.).
- Perder el 5% al 7% del peso corporal puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar diabetes.
- Seguir una dieta saludable
- Una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables puede ayudar a prevenir la diabetes siempre y cuando se haga rutinario y en cantidades proporcionales en su consumo, y volverlo «un estilo de vida».
- Limitar el consumo de alimentos procesados, azúcares añadidos y grasas saturadas puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes, el exceso en la ingesta de cualquier alimento tarde o temprano trae complicaciones al organismo.
- Hacer ejercicio regularmente
- La actividad física regular puede ayudar a prevenir la diabetes tipo 2 al mejorar la sensibilidad a la insulina y controlar los niveles de azúcar en la sangre y siempre acompañado de vitaminas y proteinas después de cada rutina, es recomendable manejarlo con un nutricionista para que sea el indicado en ayudar al paciente calcular las cantidades aproximadas al consumirlo.
- Se recomienda al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física vigorosa por semana para reducir el riesgo de desarrollar diabetes, sin exesos y descontroles.
- Limitar el consumo de alcohol
- El consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, la familia cumple un rol importante en este punto, siempre con el diálogo e insentivando a la práctica de deportes y salidas familiares.
- Se recomienda limitar la ingesta de alcohol a no más de una bebida al día para las mujeres y dos bebidas al día para los hombres.
- Controlar la presión arterial y el colesterol
- La hipertensión arterial y el colesterol alto son factores de riesgo importantes para la diabetes tipo 2, controlar al menos una vez al año, si tiene presión arterial alta, probablemente necesite controles más frecuentes.
- Controlar la presión arterial y el colesterol a través de cambios en el estilo de vida y medicamentos puede ayudar a prevenir la diabetes.
Es importante tener en cuenta que la prevención de la diabetes es una estrategia a largo plazo y requiere de cambios en el estilo de vida sostenibles a lo largo del tiempo. Además, es importante consultar con un profesional de la salud para recibir una orientación personalizada sobre la prevención de la diabetes.
CUIDADO Y TRATAMIENTO PARA UNA PERSONA DIABETICA?
La alimentación de un diabético debe ser saludable y equilibrada, con una selección cuidadosa de alimentos que ayuden a controlar los niveles de azúcar en la sangre.
Algunas recomendaciones generales para la alimentación de un diabético son:
- Consumir alimentos con bajo índice glucémico: Estos alimentos se digieren y absorben lentamente, lo que ayuda a mantener los niveles de azúcar en la sangre estables. Ejemplos de alimentos con bajo índice glucémico incluyen frutas y verduras, granos enteros, legumbres, frutos secos y semillas.
- Evitar alimentos procesados y azúcares refinados: Estos alimentos pueden elevar rápidamente los niveles de azúcar en la sangre y aumentar el riesgo de complicaciones relacionadas con la diabetes.
- Controlar la ingesta de carbohidratos: Los carbohidratos son una fuente importante de energía, pero es importante limitar su consumo y seleccionar fuentes saludables. Se recomienda limitar la ingesta de carbohidratos refinados como pan blanco, arroz blanco, pastas y productos de panadería.
- Aumentar la ingesta de fibra: La fibra ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre, reduce los niveles de colesterol y mejora la digestión. Se recomienda aumentar la ingesta de alimentos ricos en fibra como frutas, verduras, granos enteros y legumbres.
- Controlar la ingesta de grasas: Las grasas saludables, como las que se encuentran en los frutos secos, semillas, aceite de oliva y pescado, son importantes para una dieta equilibrada. Sin embargo, se recomienda limitar el consumo de grasas saturadas y grasas trans.
Es importante recordar que la alimentación de una persona con diabetes puede variar según las necesidades individuales, por lo que siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud para recibir una orientación personalizada.